Qué es un funnel de ventas o embudo de conversión en marketing digital
Seguramente hayas oído muchas veces el término embudo de ventas con cualquiera de sus nombres (funnel de marketing, funnel de conversión, embudo de conversión, funnel de ventas, etc.). Seguramente sepas que hace referencia al proceso de compra de un/a cliente, pero ¿entiendes bien su funcionamiento y cómo aplicarlo a tu negocio? Aquí tienes las claves para empezar a aplicar de manera efectiva esta herramienta que te permitirá guiar a tu cliente paso a paso hasta la venta:
Spoiler: al final de este artículo te dejamos una plantilla descargable para crear, ordenar y gestionar tu embudo de ventas 😉
Índice
- ¿Qué es un embudo de ventas?
- ¿Qué es un embudo de conversión en marketing digital?
- Por qué entendemos un único embudo de marketing y ventas
- ¿Qué necesitas antes de definir tu embudo de ventas?
- Fases del embudo de ventas
- ¿Cómo medir la efectividad de tu embudo de ventas?
- ¿Qué datos medir en la fase de atracción del embudo de ventas?
- Tipos de embudos de marketing
- 3 consejos para mejorar tu funnel de ventas
¿Qué es un embudo de ventas?
Cuando hablamos de embudo de ventas o de conversión en marketing nos referimos al proceso que recoge las diferentes fases de la venta. En él pasamos de tener un público anónimo a oportunidades cualificadas de ventas. Desde el punto de vista del público estamos hablando del proceso desde que recibimos o buscamos información de un producto o servicio hasta su compra. Seguramente ya tienes un embudo de ventas definido en tu empresa. Ya sea de una forma más básica o con un proceso más elaborado te dirigirás a un público más o menos concreto, dentro de este grupo tendrás claro quién sería tu cliente ideal, ya sea por su localización, edad, puesto, presupuesto, estilo de vida y de este grupo unos cuantos se convertirán en tus clientes. Más adelante probablemente incluso llegues a fidelizar a una parte, pero en eso no nos metemos todavía.
¿Por qué un embudo? Se utiliza la metáfora de embudo, o funnel, porque en cada fase el volumen de contactos es menor que en la anterior, partiendo de una gran masa de contactos a un pequeño grupo, en comparación, de ventas reales. En las fases intermedias se filtrará a los contactos según las variables de segmentación elegidas, descartando a aquellos contactos que no sean de interés y pasando a la siguiente fase a aquellos que cumplan con los requisitos acordados. Aunque su funcionamiento se asemeja más a un sistema de filtros, la metáfora del embudo es muy visual y está muy asentada entre los/las profesionales del marketing.
El origen del funnel de conversión estaría en el modelo AIDA, creado por Elmo Lewis en 1898 y que definía las cuatro etapas del proceso de compra: Awareness, Interest, Desire, Action. Las nuevas formas de acceso a la información, interacción y consumo, han hecho que este modelo haya sido revisado y adaptado en numerosas ocasiones, incorporando fases y evolucionando notablemente.
¿Qué es un embudo de conversión en marketing digital?
El embudo es para nosotros una de las piedras angulares de la estrategia de marketing, y te explicamos por qué.
Una de las principales características del marketing digital es que te permite obtener datos de todas tus acciones. Pues esto mismo ocurre con el funnel de conversión en marketing digital. Si en un embudo de ventas tradicional defines los diferentes tipos de públicos a los te diriges, cuando aplicas marketing digital, además, controlas el volumen de contactos en cada fase y los porcentajes de transición de una fase a otra. Esto te permite identificar fugas en tu embudo y actuar de manera ágil para optimizar su funcionamiento.
En marketing digital el uso de los embudos de conversión está estrechamente relacionado con el inbound marketing, una metodología que busca llegar hasta el público, de manera no intrusiva, en las primeras fases del proceso, e ir acompañándole a través del embudo ofreciéndole contenido de valor. Esto es fundamental: tenemos que olvidarnos de vender y aportar valor desde el primer minuto. Piensa en que vas a comprar algo y la persona que te atiende te recomienda, te aconseja, te pregunta y adapta la información que te va suministrando a lo que necesitas. Pues eso lo debes incorporar a tu embudo de marketing, más adelante veremos cómo.
Por qué entendemos un único embudo de marketing y ventas
Nos encontramos con muchas empresas en las que los departamentos de ventas y marketing hacen la guerra por su cuenta. Ocurre mucho en empresas B2B o industriales: el departamento de marketing se encarga de realizar el material (folletos, catálogos, merchandising), organiza ferias y eventos, hace campañas de publicidad y después el departamento comercial o de ventas se encarga de tener contacto con los clientes, vender en esas ferias, visitar a las empresas, etc.
En los equipos de ventas tradicionales el marketing digital es visto muchas veces como el enemigo, como su sustituto, pero esto no debería ser así. Un/a comercial que entienda el funcionamiento de los embudos de ventas y haga uso de los nuevos canales contará con muchísima información útil sobre sus potenciales clientes y podrá acceder a ellos de una manera más ágil y directa. Filtro por sectores, provincias, facturación, número de trabajadores/as… ¡un sueño para cualquier comercial! Del mismo modo el reporte del equipo de ventas y la documentación de la base de datos es fundamental para que el conocimiento sobre el cliente actual crezca en la empresa.
¿Qué necesitas antes de definir tu embudo de ventas?
Como ya hemos comentado antes, el funnel de ventas se basa en la segmentación del cliente, así que lo más importante antes de definir tu embudo es que tengas claro quién es tu cliente. ¿Qué información necesitas conocer sobre esa persona para saber si es un potencial cliente?
Si te diriges a empresas (B2B) seguramente te interese conocer el sector, localización, puesto o funciones de esa persona, etc. Muy importante: aunque tu empresa trabaje con otras empresas no te olvides nunca de que te diriges a personas.
Si tu objetivo es el cliente final seguramente partas de las clásicas variables demográficas (sexo, edad, localización, estudios, etc.) e incluso incorpores tras variables actitudinales o más relacionada con sus gustos e intereses. Y… ¡BOOOM! Aquí es cuando el marketing digital se anota otro tanto: en la posibilidad de dirigirnos a personas con unos intereses concretos. La publicidad en redes sociales o las técnicas de atracción por SEO nos permiten segmentar por intereses, mostrar anuncios a un público que sigue a tal empresa, o preocupada por el tema que sea, escribir un artículo para una consulta concreta. Mucho más potente que colocar un cartel en una marquesina, ¿no crees?
Fases del embudo de ventas
El embudo de ventas se divide en varias fases que pueden ser vistas desde el lado del cliente o según la perspectiva de la empresa que ofrece la solución.
Si clasificamos las fases según el conocimiento que tu cliente tiene del problema y su solución tendríamos: Descubrimiento, Interés, Intención, Conversión, Fidelización y Recomendación.
Estas mismas fases, según las acciones a realizar por la empresa se pueden agrupar en Atracción, Prospección, Conversión y Fidelización.
Otra forma de llamarlas es haciendo alusión a su situación en el funnel (Top Of The Funnel, Medium o Bottom) y resumiéndolo en las siglas TOFU, MOFU, BOFU.
¿Cómo funciona el embudo de ventas o funnel de marketing?
Para ver los objetivos y acciones que podemos realizar en cada fase del embudo de conversión vamos a utilizar la perspectiva de la empresa.
Fase de atracción o fase TOFU
En esta primera etapa del embudo de ventas, la de atracción, te diriges a un público masivo. Esta fase también se conoce como fase TOFU, por las siglas en inglés de «Top Of The Funnel» (la parte de arriba del embudo).
Tu objetivo en esta fase es que el cliente entienda su problema y pase de un estado de desconocimiento a ser consciente de él. Olvídate de vender en esta fase. Olvídate de la solución y céntrate en el problema, en la necesidad, en la motivación. Analízala, preséntala desde diferentes puntos de vista y asegúrate de que a tu cliente le queda bien clarito que tiene un problema.
¿Qué debes hacer en la fase de atracción o fase TOFU?
La información en esta fase debe ser presentada de manera abierta y accesible. El canal dependerá de tu público objetivo. Está claro que usarás tu blog, web y redes, pero quizás te interese desarrollar otro tipo de contenido como podcast, videos o infografías, formatos más fáciles de consumir que te ayudarán a conectar con tu público. Piensa siempre en el objetivo: que el cliente sea consciente de su problema. ¿Cuál es la mejor manera de que lo haga?
Si lo haces bien, la persona que reciba la información empezará a preguntarse qué opciones tiene para solucionar ese problema que se le plantea. Además, esta fase te traerá un gran grupo de personas con interés en el problema que planteas. Pero cuidado, esto no significa que sean potenciales clientes. Pueden ser trabajadores/as de la competencia, estudiantes interesados en ese tema, personas que se encuentren fuera de tu radio de acción. El siguiente paso, por lo tanto, es seleccionar las personas de este grupo que realmente te interesan.
Fase de prospección o fase MOFU
¡Aquí está el tomate! Ésta es probablemente la fase del embudo que más nos gusta: La fase MOFU («Medium Of The Funnel). En esta fase vas a pasar de dirigirte a un público general a hablar directamente a personas con unas características concretas ¡incluso con nombre y apellidos! Los datos que recojas de cada persona dependerá de tu estrategia.
Tu objetivo en la fase de prospección es que la persona que busca solución a su problema vea en ti una opción para resolverlo, y, a poder ser, la mejor opción. Para ello deberás resolver sus dudas y asegurarte de que conoce todas las características y los beneficios de tu producto y servicio.
En los embudos de marketing estas fases pueden estar divididas en distintas etapas. La razón de esto es sencilla. Pongamos este caso: necesitas conocer 5 aspectos clave de tu público para saber si es interesante: correo electrónico, nombre, edad, sexo y localización. Pero…¿Qué le dices a un formulario que te pide un montón de datos? Sayonara baby! Es por esto que podemos dividir la recolección de datos en varias fases dependiendo del proceso de compra de nuestro público. ¿Qué aspecto nos sirve para descartar a los potenciales clientes de los que no lo son? ¿Quizás la localización? Si nuestro alcance se limita, por ejemplo, a Europa, deberemos ser capaces de descartar cuanto antes a los contactos que estén fuera del continente para no gastar recursos (tiempo y dinero) con este grupo.
Y aquí llega el tercer tanto del marketing digital: la automatización de tareas ¡Goool! ¡Y hat-trick! Ser capaz de automatizar ciertas acciones de tu embudo te ahorrará costes y te permitirá (atención que llega el cuarto tanto) ¡personalizar tus comunicaciones! Con un buen sistema de automatización del marketing conseguiremos un 3 en 1: automatizar las tareas, cualificar los contactos y personalizar las comunicaciones.
¿Qué tipo de contenido crear en la fase de prospección?
En este punto el cliente ya empieza a valorar posibles soluciones, por lo que es momento de poner toda carne en el asador. Descargas gratuitas (también llamados «lead magnets»), eventos y webinars, videos, interacción en redes sociales son tipo de contenidos que pueden ayudar a que tu cliente vea en ti la opción más apropiada.
Si necesitas ordenar tus publicaciones, esta plantilla de plan de contenidos te puede resultar muy útil.
Fase de conversión o fase BOFU
Y llegamos a la hora de la verdad, al momento en el que tus leads o contactos cualificados se deberían convertir en clientes: la fase BOFU («Bottom Of The Funnel», exacto).
Llegados a este punto, tu objetivo es facilitar la adquisición. La persona que tienes al otro lado ya es consciente de su problema y te ve como una de las opciones para solucionarlo. Tu misión aquí es eliminar frenos que le aparten de la compra.
Las dudas de los clientes suelen ser similares en todos sectores y tipos de empresas: ¿tendrá la calidad suficiente? ¿Es fiable? ¿Es apropiado para mí? ¿Lo sabré usar? ¿Qué opinan los/las que ya lo han usado? ¿Es la mejor opción? ¿El precio es apropiado?
Para resolver estas dudas ya no basta solo con tu palabra. Es momento de incorporar testimonios de clientes y valoraciones. Si tiene dudas sobre el uso puedes hacer demostraciones, pruebas gratuitas, tutoriales, etc. Para favorecer la compra utilizar descuentos, condiciones especiales de compra, ofertas temporales, etc.
Aunque hay muchas acciones de esta fase que se pueden automatizar, en la medida de lo posible te recomendamos que ofrezcas un trato personalizado que te permita adaptarte a las necesidades y motivaciones de tu cliente.
Fase de fidelización en el embudo de marketing
Muchas veces, en las empresas nos obsesionamos con conseguir nuevos clientes y nos olvidamos de lo más importante: nuestros clientes actuales. Históricamente esta fase se quedaba fuera del funnel porque éste se cerraba en la venta, pero actualmente la fidelización es uno de los objetivos prioritarios en muchas empresas, si no, fíjate en el montón de correos que recibes de una determinada marca tras comprar alguno de sus productos.
Si lo piensas es totalmente lógico: no solo estás frente a una persona que representa tu cliente ideal ¡es que ya te ha comprado! Esa persona ya ha tenido que elegir y te ha escogido a ti. Tu objetivo en esta fase es seguir estando presente en su vida, con la intensidad apropiada para no molestar y dar respuesta a sus necesidades, para que, cuando vuelva a tener el mismo problema que le llevó a comprarte, lo vuelva a hacer.
Y tienes que pensar que la fidelización no pasa solo por venderle el mismo producto un tiempo después. Tus objetivos en esta fase son dos asegurarte de que tu producto o servicio soluciona el problema del cliente y entender cómo va a evolucionar tu relación con él/ella.
Para asegurarte de que solucionas su problema puedes suministrarle tutoriales, manuales, realizar encuestas, contacto personal, publicar contenidos de valor en redes, ejemplos de uso etc.
La evolución de tu relación con él deberías plasmarla en itinerarios de venta que marquen tu estrategia de venta cruzada. Es el típico caso de venta de producto y sus recambios. Imagínate que te han comprado una maquinilla de afeitar y sabes que con las cuchillas que le has proporcionado se puede afeitar durante dos meses. ¿Te imaginas que le enviaras un vale con un 10% de descuento cuando se fueran a cumplir los dos meses? Apuesto a que tendría muy buena acogida.
Y para asegurarte de que tu marca sigue presente en su mente puedes usar boletines periódicos, patrocinios, eventos o contenido de valor en las redes sociales.
¿Cómo medir la efectividad de tu embudo de ventas?
Como hemos comentado, el marketing digital te permite medir el resultado de tus acciones en cada fase del embudo. Medir el resultado de nuestras acciones es algo imprescindible a la hora de tomar decisiones y mejorar tu estrategia. Pero ¿qué debes medir exactamente? Vamos a verlo.
Existen multitud de métricas que puedes analizar (una métrica, por definición, es cualquier aspecto medible). Sin embargo te aconsejamos que te centres en unos pocos indicadores clave o KPI (Key Performance Indicators) bien elegidos y que intentes realizar acciones para mejorarlos de manera aislada, para comprobar mejor su efectividad.
Para medir la efectividad de nuestro marketing en general utilizaremos dos métricas:
Retorno de la inversión (ROI): qué beneficio le estamos sacando a lo invertido. En este caso dividiremos los beneficios (netos, eliminando el gasto) entre el gasto. ROI= (ingresos-gastos)/gastos.
Coste Por Adquisición (CPA): mide cuánto nos cuesta conseguir cada cliente. La manera más rápida de calcularlo es dividir la inversión realizada en marketing entre el número de leads. Fórmula CPA= Inversión / Clientes. A esta fórmula podemos incorporarle ponderaciones si queremos dar diferentes pesos a los clientes dependiendo, por ejemplo, de la cantidad facturada. En lugar de calcularlo por lead también podemos medir el Coste Por Cliente: este caso sería igual que el anterior pero dividiendo la inversión entre el número de clientes. Esta fórmula nos permite ver de manera objetiva cuánto nos cuesta adquirir cada cliente.
¿Qué datos medir en la fase de atracción del embudo de ventas?
Tráfico: volumen de visitas general, visitas a determinadas landings, tasa de rebote, etc. En la primera fase buscamos cantidad, volumen. ¡Ya se encargará nuestra estrategia de filtrar a los leads que nos interesen!
Seguidores en redes sociales: ¿cómo evolucionan tus diferentes comunidades? ¿Lo hacen acorde a los esfuerzos que realizas?
Publicidad: además del alcance del anuncio (veces que ha sido visto) y el número de clicks, es fundamental calcular el CTR (Click Through Rate), es el número de clicks por cada 100 impresiones (clicks/impresiones * 100)
Origen: ¿desde dónde me están llegando los contactos? ¿Vienen desde la publicidad, desde las redes, me encuentran por Google?
¿Qué datos medir en la fase de prospección del embudo de ventas?
En esta fase de prospección tu público ya debe interactuar con tu marca. Deberá suscribirse a un boletín o rellenar algún formulario para que puedas recoger sus datos de alguna manera. Por lo tanto es importante que midas la conversión de estas páginas para optimizarlas y mejorar su funcionamiento.
Efectividad de tus correos: la tasa de apertura y la interacción con el contenido nos dará datos sobre el interés de nuestro público. El correo nos inunda cada día y es difícil que un mensaje llame la atención del público. Sé concreto con la información que aportas, personalízala, concéntrate en comunicar una idea en cada correo, oriéntalo a un objetivo, trabaja tus textos, haz tests A/B. Las posibilidades de optimización de los correos son muchísimas. Aprovéchalas.
Interacciones en redes sociales. También conocido como engagement, se trata de identificar si los contenidos que publicas en tus redes sociales interesan a tu público. Medir los comentarios y «likes» te dará información para saber si estás en el buen camino. Aunque en el tema de seguidores puede variar más la cosa, aquí sí que puedes compararte con la competencia.
Clasificación de tu público. Es importante que revises periódicamente la clasificación de tu público según la segmentación que hayas definido en tu estrategia. ¿Estás contactando con los perfiles que quieres? ¿Provienen de la zona a la que quieres dirigirte? ¿Son del rango de edad que te interesa? ¿Puesto, empresa, intereses…? Revisa todas las variables de segmentación y asegúrate de que vas en el buen camino.
¿Qué datos medir en la fase de conversión del embudo de ventas?
Conversión de cada página de captación: ¿qué porcentaje del público que llega a estas páginas acaba completando el formulario? Como usarás diferentes reclamos y páginas para captar leads, es importante que midas cómo funcionan cada una de ellas para que tengas claro qué le interesa a tu público y qué no, qué tipo de páginas funcionan mejor y cuáles peor.
Dependiendo de si te diriges a usuario final, a empresas, vendes de manera física u online hay diferentes KPIs que puedes utilizar.
Volumen de ventas realizadas. El objetivo del funnel: las ventas. Según tu negocio podrás medir por productos, clientes, cantidad facturada, como tú prefieras.
Número de presupuestos presentados. Si tu negocio es de los de hacer presupuestos bien sabrás que, por desgracia, no todos se convierten en venta ¡ojalá fuera así! Por ahora no sabemos la fórmula para conseguirlo, pero medir es un buen punto de partida para mejorar el número de presupuestos que se convierten en ventas.
Tasa de carrito abandonado. La compra por impulso muchas veces nos lleva a dejar compras a medias en tienda online. Si tu negocio cuenta con ecommerce es un KPI al que hay que prestar mucha atención, porque su optimización tendrá una repercusión directa en el volumen de ventas.
¿Qué datos medir en la fase de fidelización del embudo de ventas?
La relación con los clientes varía mucho de un negocio a otro, sin embargo los indicadores a tener en cuenta para valorar el trabajo de fidelización son universales:
Rentabilidad del cliente. Igual que hacíamos al medir el ROI se trata de medir la relación entre lo que nos cuesta mantener a un/a cliente y el beneficio que nos aporta (ingresos-gastos)/gastos. También es interesante medir la rentabilidad del cliente a lo largo del tiempo. Aquí se trata de analizar qué beneficio nos da un cliente en toda su relación con nosotros. Para ello deberemos tener claro su tiempo medio de permanencia.
NPS. ¿Quién no ha completado una encuesta NPS? Sus siglas responden a los términos Net Promoted Score y para medirlo debes preguntar a tus clientes si recomendarían a tu empresa a amigos/as y familiares. Te suena, ¿verdad? Es un KPI indispnesable si quieres orientarte a la excelencia por lo exigente que resulta. Para medir los resultados se consideran promotoras sólo a las personas que te puntúan con 9 o 10. Entre 7 y 8 se consideran neutras y por debajo de 7 detractores.
Una vez tengas el dato de las personas en cada segmento olvídate de las neutras y resta al % de promotoras el % de detractoras. El resultado es un número entre -100% y 100%, y tu objetivo es que sea positivo. Si está por encima de 50 abre champán porque estás en el camino a la excelencia.
Tipos de embudos de marketing
Ya lo hemos dicho muchas veces, cada empresa es un mundo. Cada sector tiene sus propias reglas y cada empresa un funcionamiento diferente. Sin embargo, si nos centramos en el objetivo podemos identificar diferentes embudos de conversión:
Embudo para captar contactos
Si te diriges a otras empresas, seguramente tus ventas pasen por conseguir contactos con perfiles concretos o, como se suele decir «ganar cuentas». Este embudo dirigido a un público minoritario y muy concreto busca contactar con determinados puestos dentro de las empresas. Tradicionalmente se ha trabajado la presencia en ferias y la puerta fría. Redes profesionales como LinkedIn, foros y páginas temáticas o publicidad segmentada son buenos canales para llegar a tu público.
La prospección precisa de una buena definición de tu público objetivo. Por suerte, es fácil que cuentes con experiencia en ventas. Si trabajas con un equipo comercial ¡involúcrale en esta definición! Aunque pienses que tienes claro quién es tu cliente, completando entre todos herramientas como el mapa de empatía puedes extraer información muy útil que te lleve a replantearte tu embudo de conversión.
La conversión en este tipo de negocios no suele hacerse online. Hace falta un cara a cara, antes físico y ahora ¿por qué no? ¡virtual! En el confinamiento tuviste videoconferencias hasta con tu primo segundo. Todo el mundo las usa y es momento de convertir las videoconferencias en una herramienta de trabajo. Seguramente habrá demostraciones y reuniones que tendrás que hacer presencialmente, pero seguro que otras las puedes optimizar a través de los nuevos canales.
Embudo para generar ventas
Si tienes una tienda, ya sea física o vendas online, un embudo para generar ventas te puede hacer incrementar notablemente la facturación. Un ejemplo: la tasa de carritos abandonados ronda el 70%. Más de 2/3 de las personas que cogen tu producto, lo miran, lo analizan ¡y deciden no comprar! ¿Por qué? Las causas se conocen: precio mal presentado, proceso de identificación complicado, falta de confianza… ¡todo esto es mejorable si analizas la conversión de tu embudo!
Pero antes hay que atraerlos. En esto las redes sociales masivas son las reinas. Ya sea mediante la publicación de contenido o a través de publicidad, redes como instagram o facebook pueden ser un gran imán para tus productos. De Google nunca tenemos que olvidarnos, está claro. Es importante optimizar nuestra web para aparecer entre los resultados más relevantes, completar los datos de nuestro negocio en Google My Business y Google Shopping si es tu caso, e incluso apostar por publicidad en determinados productos y épocas. Esto, como siempre, dependerá de tu negocio.
Aunque tengas definidos unos tipos de cliente, seguramente su navegación te dará mucha más información sobre cada persona ¡y no puedes desperdiciarla! Podrás conocer qué tipo de productos le interesan, si los consultan una o varias veces, sus colores favoritos, tallas. ¡Oro, orooooo!
De la conversión ya hemos hablado. Si tienes una tienda online es un gran caballo de batalla. Si tu tienda es física pero muestras el catálogo en tu web, tienes que pensar bien cómo es el viaje que hace tu cliente hasta comprar tu producto y ver cómo puedes seducirle para que te visite ¿un descuento? ¿mostrar promociones por tiempo limitado?
Embudo de conversión para fidelizar a tus clientes
¿Qué diferencia hay entre un/a cliente que te ha comprado y uno/a que no? Además de que ya ha valorado una vez y te ha elegido a ti (casi nada), lo importante es el conocimiento que tienes de él/ella. Sabes cosas sobre esa persona que tu competencia no. ¡Aprovéchalas! No le envíes información de productos que no le interesan como harán el resto. Céntrate en lo que sabes y en cómo evolucionar vuestra relación a partir de allí.
En este embudo no hay captación, pero la prospección y la conversión continúan siendo fundamentales. Si las trabajas bien podrás generar una buena experiencia y fidelizar a tu cliente. Con esto conseguirás no solo que te compre, sino incluso que te llegue a recomendar ¡hemos encontrado oro otra vez!
3 consejos para mejorar tu funnel de ventas
- Fija tu ciclo de ventas. Su duración dependerá de tu negocio. ¿Cuánto tarda una persona en realizar una compra desde que entra en el embudo? ¿1, mes, 2, 6? Es algo que debes tener claro antes de definir tu estrategia.
- Revisa los contactos del embudo regularmente. Modifica el estado de las personas que consideres que no están en el paso adecuado y haz limpieza de aquellas con las que ya no exista contacto.
- Analiza todos elementos de tu embudo con periodicidad y optimiza aquellos aspectos que veas mejorables.
Plantilla de funnel de ventas para medir tu propio embudo de conversión.
Si quieres ordenar tu funnel de ventas, aquí te dejamos esta plantilla de embudo de conversión descargable. Un documento que te permitirá realizar un seguimiento de la efectividad y la rentabilidad de tus acciones de manera sencilla.